martes, 10 de diciembre de 2013

Las redes se entrecruzan

Supongo que hay algunos nodos de nuestras redes que muy dificilmente entrarán en contacto directo. Pienso en una buena parte de mi familia y, por el otro lado, mi red profesional. Pero, como ya comentábamos en alguna de las sesiones sincrónicas, la distancia entre cada uno de nosotro y alguna personalidad es muy corta. Mucho más corta si no se trata de "personalidades" de corte internacional.

El lunes de la semana anterior tuve que ir a Guadalajara para recoger a mi madre que regresaba desde Tepic, al tiempo que dejaba ahí a Pako, cuya motocicleta se quedó en el taller de la Harley en León. Después de dejar a mi hijo en su oficina me dirigí al hotel (encaminada rumbo a la Central de Zapopan). Mi madre llegaría alrededor de la ocho de la mañana del martes. Eran las 7 de la noche y decidí aprovechar mi única oportunidad de visitar la FIL, corriendo.

Y corriendo recorrí los pasillos mirando de paso las novedades sin que hubiera gran cosa que me llamara la atención, excepto por el pabellón de Israel que estaba abarrotado y no se podía uno ni acercar a la caja. Y el abandonado stand de la BUAP, donde encontré un par de cosas interesantes y MUY económicas.

Casi a las nueve de la noche, poco antes del cierre formal del día, encontré a mi amiga Guadalupe Rivemar, de Tijuana, acompañada de uno de sus amigos. Comentamos brevemente sobre la importancia del aprendizaje de la lectura crítica como requisito para cualquier otro aprendizaje, y cosas del estilo. Me invitaron a cenar y nos fuimos al Chili's de la Gran Plaza.

Gustavo, el amigo de Guadalupe, resultó ser un muy alto funcionario del Sistema Tec de Monterrey. Es amigo de mis mejores amigos; estuvo en Holanda en el mismo programa en el que yo estuve, aunque en otra área; coincidimos en muchos de los puntos de vista sobre educación y sobre la educación en el Tec; compartimos visiones de lo que debería ser y lo que está por ser en esa misma institución, etc. Me preguntó por qué no acepté irme a Monterrey hace unos 13 años cuando, estando en el programa de Maastricht, Medicina me propuso integrarme a su planta de profesores (sabe eso!) y me dijo que con las reformas que vienen le gustaría llevarme allá (ni lo creo ni lo haría). De paso me entero de los cambios directivos y administrativos en el Campus León, los cuales estaban teniendo lugar en mi siguiente visita al campus, a una de las reuniones con la gente de la SEG. Fue una muy amena conversación, muy animada.

De vuelta al hotel pensaba en las redes de pesca que Don Canuto (marido de mi abuela paterna) tejía en su casa. Creo que las tejía igual que mi mamá teje bufandas y zapatos para dormir: como distracción y para meterse en su propio mundo. Porque él trabajaba en la tabacalera. Era todo un arte bastante consciente. Luego yo tuve que aprender a tejer redes para poner flecos de artisela al mantón de Manila bordado en seda, que era el trabajo de manualidades de sexto año de primaria (y dada mi absoluta falta de destreza, tenía que ser muy consciente del proceso). Pero eran dos tipos de redes muy distintas. Las del mantón se hacen anudando y son mucho menos flexibles que las de la pesca. Al final quedan hilos que cuelgan. En el mantón son los flecos que quedan colgando; en la red de pescar se ligan para formar el bordo.

Las redes que ahora tejo son muy flexibles y no tienen nudos. Y nos las tejo de manera consciente. Supongo que en mi larga vida han ido quedando algunos hilos sueltos que luego permiten ir conectando los nodos, y no debería sorprenderme que de pronto dos mundos (el de la promoción de la cultura en Tijuana, que es el de Guadalupe, y el de la educación profesional de alto nivel/costo) se entrelacen. Y a partir de ahí muchos otros nodos resultan estar mucho más conectados de lo que hubiera supuesto.

Hace mucho tiempo disfrutaba de la serie Connections, de James Burke, ahora en YouTube. Me fascinaba la manera en que las ideas se conectaban. Eso, por ejemplo, me ayudó luego a generar ideas para mis cursos.

Sigo aprendiendo a conectar ideas y personas.


domingo, 1 de diciembre de 2013

Corre y corre como el conejo

Y no me da la vida para cumplir con todos los compromisos a los que me voy colgando yo solita. Pero hay prioridades: mi hijo llegó antier a casa y, aunque si tengo chance de trabajar a ratos, en cuanto dice "te invito a..." pues dejo todo. Venía por un par de días pero la motocicleta decidió descomponerse antes de entrar a la ciudad y estará aquí por lo menos hasta mañana, lunes. :)

Sin embargo, la actividad en mi red profesional parece seguir el orden de las "tareas" de #TRAL. No fue muy difícil entender lo de las comunidades de aprendizaje, en parte porque el libro de Gabriel Cámara Otra educación básica es posible me enamoró desde hace unos años y en parte porque la discusión en la sesión de trabajo con la gente de la Secretaría de Educación del Estado provocó que revisáramos el video Documental Maravillas, donde uno puede ver en acción la propuesta de Cámara. La propuesta es más que explícita y las caras y comentarios de todos los participantes muestran la satisfacción que se produce al trabajar y aprender de esta manera.

Tampoco fue muy difícil hacer mi diagrama de red


pensando en este grupo de trabajo en el que, a pesar de las reticencias que provoca mi manera de interactuar, se ha ido abriendo para permitir el diálogo a cambio de las "presentaciones" en las que había que aguardar hasta el final para plantear alguna pregunta.

La rigidez de las formas en las que la burocracia administra los proyectos, incluso en su fase de definición, va en sentido contario al interés que dicen tener en romper esas mismas formas en todos los niveles. Pero soy muy preguntona y necesito entender, lo cual ha originado conversaciones abiertas y el establecimiento de relaciones que pueden ir más allá del proyecto mismo.  Y generar nuevos proyectos.

Por eso resultó lo del video, a mi pregunta de si quienes se contemplaba que evaluaran a los docentes en  su actuación con los alumnos pasarían por un proceso semejante y se convertirían en aprendices también. Y la respuesta fue sí. De "Red Social de Alumnos", "Red Social de Docentes" y "Red Social Colegiada" (ésta pensada en asesores y directivos) pasamos a "Red Social de Aprendizaje" y "Red Social de Colegiados" en las que participan cada uno en roles distintos. 

Otra adecuación resultó de mi extrañeza ante la inclusión del proceso escalafonario en un proyecto que pretende mejorar los aprendizajes de los alumnos, las prácticas docentes, y desarrollar las habilidades para la autoevaluación y la coevaluación del que aprende, grosso modo. 

Desde el punto de vista de Noel, quien me invitó a participar en este proyecto, mi trabajo todavía no inicia y debo esperar a que el proyecto sea aprobado y financiado por la SEP para comenzar a trabajar en la parte de la formación en matemáticas para docentes y alumnos. Me parece que todavía se le escapa el alcance del aprendizaje en comunidad, porque está centrado en el desarrollo de una plataforma virtual que permita el monitoreo y alguna interacción. Y sin embargo, yo siento que es justamente en esta reformulación del trabajo dentro de las escuelas y de los nucleos administrativos que el principal trabajo se está haciendo. I wish.

La siguiente reunión será el miércoles próximo. Veremos si se mantienen los avances.